La era del alcalde de Moscú está próxima a su fin

© RIA Novosti . Mijail Fomichev / Acceder al contenido multimediaEl alcalde de Moscú Yuri Luzhkov
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El alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, se ha convertido en el centro de atención de la prensa rusa desde hace ya una semana.

El alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, se ha convertido en el centro de atención de la prensa rusa desde hace ya una semana.

El Kremlin, a través de los medios de información, ha iniciado una campaña de desacreditación contra su persona. Luzhkov se ha hecho acreedor de fuertes críticas por sus recientes declaraciones sobre las supuestas disensiones en el seno del gobierno de la nación, interpretadas en el Kremlin como un intento de desestabilizar el tándem Putin-Medvédev. Aparentemente esto es un comentario relativamente normal, pero un alto cargo gubernamental no se puede permitir las licencias y libertades de palabra que se permite un político de la oposición.

Luzhkov es un superviviente que se curtió en el crisol de las descarnadas guerras libradas en medios de comunicación durante la década de los 1990, un político que ha venido resistiendo los brutales ataques de sus enemigos, pero que  ha cometido un error, nimio, que podría significar el fin de su carrera política.

El Kremlin ya inició sus críticas al alcalde por su ausencia en Moscú el pasado agosto, cuando la capital se ahogaba en el humo de los incendios forestales. En respuesta, Luzhkov declaró que semejante actitud por parte del Gabinete de la Presidencia era injusta e improcedente. "He recibido apoyo del primer ministro, Vladímir Putin, y un puntapié de la administración del presidente, Dmitri Medvédev", decía el alcalde.

A Yuri Luzhkov se le acusaba desde el Kremlin de que cuando Moscú estaba envuelta en humo, él no interrumpió sus vacaciones para volver a la capital y adoptar medidas con tal de remediar la situación.

"Dicen que seis días son mucho tiempo" (fueron esos días de agosto cuando la concentración del monóxido de carbono en Moscú superó varias veces el máximo admisible), se quejaba Luzhkov en su reciente entrevista con la cadena de televisión TVC, de financiación mayoritaria del consistorio y leal al alcalde. "Regresé en cuanto pude", añadió.

Sin embargo, la causa real de su retraso no está clara. Quizás por dificultades con los billetes de avión o por problemas de salud del mismo Luzhkov. Los motivos reales se desconocen.

Luzhkov utilizó las mismas antinomias entre Putin y Medvédev en un artículo publicado en el diario Rossiyskaia Gazeta, donde especula sobre el proyecto muy controvertido de la construcción de la autopista Moscú-San Petersburgo a través del bosque de Jimki, localidad cercana a Moscú. El alcalde criticó la decisión de Medvédev de suspender el tendido de la carretera y organizar un nuevo debate público y pericial al respecto, lo que, según Luzhkov, contradice la resolución gubernamental.

El Kremlin interpretó esta declaración del alcalde de la capital como un intento más de incitar a la discordia entre el Gabinete de la Presidencia y el poder ejecutivo. En esencia, Luzhkov es el primer funcionario gubernamental que se ha pronunciado abiertamente contra el tándem en el gobierno y parece poco probable que caiga de pie como los gatos.

El propio presidente no reaccionó. Pero las declaraciones de los funcionarios de su gabinete, que prefirieron no revelar sus nombres, no se hicieron esperar. Las siguientes son las más típicas: "los intentos de varios funcionarios del Ayuntamiento de Moscú de interponerse entre el presidente y el primer ministro de Rusia son vanos"; "es inadmisible y no corresponde a las relaciones reales entre el Jefe del Estado y el Presidente del gobierno ruso"; "las autoridades capitalinas han ido demasiado lejos en sus intentos de hacer chocar al presidente y el primer ministro", etc. La declaración más importante es la siguiente: "tales intentos de inmiscuirse darán lugar a una reacción en consecuencia". El lenguaje diplomático disimula una clara amenaza. Y esta reacción ha tenido lugar.

La semana pasada, las cuatro mayores cadenas de televisión rusa engrosaron las filas de los críticos de Luzhkov (NTV, Vesti 24, Rossiya y el Canal Uno) al mostrar programas y documentales comprometedores sobre el alcalde y su esposa. Les criticaron por no suspender sus vacaciones cuando la nube de humo de los incendios invadió la capital, por destinar para salvar a sus abejas (Luzhkov es aficionado a la apicultura), un monto tres veces mayor que el presupuestado para los jubilados y minusválidos moscovitas, por el mal estado de las carreteras de la ciudad, por la demolición incontrolada e injustificada de edificios de interés histórico y por la expansión de la corrupción entre los funcionarios.

Las actividades de la esposa de Yuri Luzhkov, Elena Batúrina, también se hicieron objeto de críticas. Los autores de los mencionados reportajes presentaron datos comprometedores contra la mujer más rica de Rusia, afirmando que ella ha aprovechado los contactos y la posición de su marido para hacer fortuna. El pasado 13 de septiembre, Elena Batúrina declaró que estaba dispuesta a presentar demandas judiciales en defensa de su honor y dignidad contra las cadenas de televisión que han difundido esta información.

El propio Luzhkov, que antes presentaba demandas siempre que algún medio de comunicación publicaba alguna información negativa sobre él, no ha reaccionado. A juzgar por todo, el alcalde todavía no ha decidido cómo proceder.

El brío y la perfecta organización de la campaña en todas las cadenas de televisión para desacreditarle ha puesto bien a las claras que, esta vez, Luzhkov no puede dirigirse al gobierno federal en busca de apoyo, porque es el mismo gobierno quién está detrás de la misma.

Las nuevas elecciones de alcalde deben celebrarse oficialmente el próximo verano. Sin embargo, no hay ninguna garantía de que Luzhkov siga ocupando el cargo hasta las mismas. Los rumores sobre su posible dimisión, difundidos últimamente en los mentideros del poder, podrían hacerse realidad.

Pero en esto no hay nada sorprendente. Luzhkov ya lleva a la cabeza del consistorio moscovita 18 años. Durante los últimos meses, el gobierno federal está llevando a cabo una labor de renovación del Cuerpo de Gobernadores. Luzhkov es uno de los cuatro veteranos que ocupan sus cargos durante largo tiempo. Los otros tres son los gobernadores de las provincias de Bélgorod, Omsk y Tomsk: Yevgueni Sávchenko, Leonid Polezhaev y Víctor Kress, respectivamente. Según varias fuentes, el Kremlin ya ha encontrado al sucesor para Kress.

Yuri Luzhkov cumplirá 74 años en breve. Una buena edad para dimitir. Pero tras la citada campaña de derribo no podrá retirarse con la cabeza erguida, una nueva condecoración brillante sobre el pecho y los aplausos de sus superiores del Kremlin.

Es poco probable que a Luzhkov le espere una ceremonia pomposa de despedida, como las celebradas con motivo de las dimisiones de los presidentes de Tatarstán, Mintimer Shaimíev, y Bashkiria, Murtaza Rajimov.

Cuando Yuri Luzhkov presente finalmente la dimisión, su retirada estará seguramente asociada con el escándalo.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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