Bishkek, 11 de junio, RIA Novosti. La jefa del Gobierno interino de Kirguizistán, Roza Otunbáeva, reconoció hoy que los disturbios en el sur de su país, con un balance de 23 muertos y más de 300 heridos hasta ahora, son resultado de un conflicto entre los kirguises y los uzbecos que habitan en esta zona.
"Seamos conscientes de que es un conflicto entre dos etnias. Necesitamos fuerzas y recursos para frenar y enfriar a la muchedumbre", declaró Otunbáeva.
Agregó que la tarea prioritaria es parar a las multitudes que se dirigen hacia la ciudad de Osh, escenario de los desórdenes que estallaron el pasado jueves. "En ello trabajan todos los cuerpos de seguridad", dijo. La situación en otra provincia del sur de Kirguizistán, Dzhalal-Abad, donde también vive una amplia comunidad uzbeca, es "por ahora tranquila", según el Gobierno.
Otunbáeva señaló asimismo que en varias partes de Kirguizistán, incluida la capital, "se desarrolla propaganda con el fin de abortar el referéndum" convocado por el Gabinete provisional para legitimar su poder y allanar el camino a las elecciones.
