El presidente de Rusia declaró en la cumbre Rusia-UE, realizada en Jabárovsk, que su país categóricamente rechaza la Carta Energética de Europa, extraño documento que estipula que cierta vez su país asumió la responsabilidad de garantizar a las compañías europeas el acceso al petróleo ruso y gasoductos sin recibir nada a cambio, dice en su edición de hoy el periódico Izvestia.
Pero lo afortunado de esto es que la Carta Energética ha dejado de ser base para el diálogo entre Rusia y la Unión Europea (UE). Los líderes europeos tienen que reconocer que son necesarios nuevos acuerdos especiales cuyo contenido tiene que ser discutido con Rusia.
Los dirigentes europeos ahora tienen muy claro que Rusia no puede ser el único garante del suministro de gas a Europa. El primer ministro, Vladímir Putin, y el presidente ruso, Dmitri Medvédev, dieron a entender claramente a Europa y Ucrania: Rusia considera el normal consumo interno de Ucrania como condición de estabilidad del trasiego de gas, pero que sola no va a financiar el trasiego de gas a los depósitos en Ucrania para garantizar este consumo. Primeramente, el precio que este asunto acarrea es bastante alto (más de 4 mil millones de dólares). Es necesario un crédito. Rusia está dispuesta en participar en la creación de ese crédito para concederlo al país vecino (Ucrania) pero junto con la UE.
La situación concerniente al suministro de gas ruso a Europa puede agudizarse más, si se cumplen las siguientes condiciones: primero, si la UE no reconoce que Ucrania no está en condición de satisfacer sus propias necesidades en cuanto al consumo de gas, y no le concede junto con Rusia un crédito sindicalizado para el trasiego del gas a los depósitos. Segundo, si la UE opta por modernizar los gasoductos de Ucrania o incluso por la creación de un consorcio para su administración sin la participación de Rusia.
La política ucraniana que apuesta por la confrontación con Rusia y no por el cumplimiento de los acuerdos sobre trasiego de gas y el desarrollo del diálogo sobre energía es un problema patente mientras se prepara un acuerdo entre Rusia y la UE. Es obvio que si la UE quiere tratar con socios responsables y tener soluciones definitivas, la opinión de los dirigentes de Ucrania debe ser tomada en consideración sólo después de las consultas entre Rusia y la UE.
