La economía rusa podría sufrir nuevos estragos a raíz de la crisis financiera cuya prolongación amenaza con enterrar sectores enteros, como el de defensa o el de construcciones mecánicas, e incrementar el desempleo a 12-15 millones de personas a pesar de posibles síntomas de reanimación en la industria primaria, opinan varios expertos consultados por Nezavisimaya Gazeta.
Alexander Verjov, de la empresa Intercom-Audit, constata que el sector ruso de construcción de maquinaria, uno de los menos tecnológicos y menos eficientes, se encuentra a día de hoy "realmente colapsado" y que las plantas de la industria de defensa "están en plan de sobrevivencia".
Según las previsiones, la economía global tardará varios años en recuperarse, lo que en el caso de Rusia podría traducirse en "subinversión", "crisis bancaria y desaparición del control estatal sobre el mercado monetario, con el subsiguiente riesgo de una hiperinflación", piensa el analista.
Una nueva caída de los precios del petróleo, a su juicio, podría reducir la clase media en Rusia y disparar la cifra de parados a 12-15 millones.
Vladímir Gimpelson, director del Centro de estudios laborales anexo a la Escuela Superior de Economía, señala que "sólo optimistas empedernidos pueden hablar hoy de una próxima recuperación de la economía rusa". Serguei Yelaguin, del Banco Eurasiático del Desarrollo, agrega a ello que el repunte económico será posible sólo cuando los precios del crudo se afiancen a un nivel mínimo de 70-80 dólares el barril.
Algunos expertos locales como Antón Struchenevski, de la inversora Troika Dialog, recuerdan sin embargo que "la economía rusa también tiene la experiencia del crecimiento en el período de 2002-2003, cuando un barril del petróleo costaba 20 dólares".
Todos coinciden en que la crisis azota con mayor fuerza a aquellos sectores de la economía rusa que se destacan por un alto nivel de costos laborales, en primer término, la construcción de maquinaria y la industria de defensa.
El eventual repunte de los precios petroleros no podrá por sí solo resolver el problema de la ineficiencia económica en Rusia. Es probable que los sectores primarios vuelvan a crecer y hasta contribuyan al incremento del PIB pero también seguirá en aumento el desempleo porque las empresas ineficientes, aquejadas por la escasez de recursos financieros, no podrán reestructurarse y se verán obligadas a desaparecer o a reducir drásticamente su producción y su plantilla, concluye el periódico.
