Rusia, "si se respetan todos los acuerdos", podría plantearse el ingreso en la OPEP, afirmó el vicepresidente del Gobierno ruso, Igor Sechin, en una conferencia que el cártel internacional del petróleo celebró el pasado domingo en Viena. Algunos expertos consultados hoy por Nezavisimaya Gazeta dudan de que Moscú quiera y necesite dar este paso.
Un analista que pidió el anonimato señaló que las declaraciones oficiales son "cuando menos, ambiguas": "Según algunos datos, la exportación del crudo creció en el 2,7%; según otros, en más del 3%. Como resultado, incrementamos la facturación pero bajamos en un 4-5% el precio de nuestra marca Urals (...) A veces, la actuación del Gobierno se contradice abiertamente con la intención de frenar la caída de los precios (petroleros)".
Dmitri Alexándrov, experto jefe de la inversora rusa Financial Bridge, no está seguro de que Rusia gane algo con la adhesión a la OPEP. "Todas las ventajas también las puede conseguir fácilmente al marco de esta organización", dijo. Si Rusia se incorpora a la OPEP, tendrá que acatar las cuotas en materia de producción y exportación del crudo. Además, se expondrá inevitablemente a nuevos reproches por parte de Occidente, por sumarse a un cártel y estrangular la economía mundial. "En lo que atañe a la formación de precios, más eficientes serían las negociaciones bilaterales con Irán, Venezuela, Argelia, Libia y hasta Qatar", afirmó.
Otro experto local, Víctor Márkov, de Zerich Capital Management, señaló que el ingreso de Rusia en la OPEP es un proceso duradero. "Debido a las condiciones climáticas, Rusia no podrá conservar sus pozos petroleros a diferencia de los países del Oriente Próximo y se verá obligada a crear reservas, lo cual comporta toda una serie de problemas, en particular, de carácter fiscal. De momento, Rusia se limita a las declaraciones pero a veces basta incluso con demostrar la incapacidad de aumentar el volumen para presionar sobre el mercado", dijo.
