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Conflicto suroseta desvela crisis en relación de Rusia con sus aliados militares. Nezavisimaya Gazeta

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El conflicto en torno a Osetia del Sur desvela una crisis en las relaciones políticas y militares de Rusia con sus aliados más próximos en el espacio postsoviético, miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), escribe hoy el diario moscovita Nezavisimaya Gazeta.

 

La reunión celebrada ayer en Ereván, a nivel de ministros de Defensa, demuestra que otros integrantes de la OTSC - Armenia,  Bielorrusia, Kazajstán, Kirguizistán, Uzbekistán y Tayikistán - rehúsan apoyar abiertamente la operación militar de su aliada, Rusia, contra Georgia.

En el pasado, los altos cargos de esta organización mencionaban la posible creación de las fuerzas de paz conjuntas, para usarlas en zonas de conflictos en el marco de la CEI, pero ya se olvidaron por completo de estos planes. En cuanto a la operación de coerción a la paz en el territorio georgiano, los aliados de Moscú prefieren guardar mutismo al respecto o enfocarla de una manera que no responde a los intereses de Rusia.

El secretario general de la OTSC, Nikolai Bordiuzha, criticó la agresión georgiana contra Osetia del Sur pero la alianza en sí no elaboró documentos algunos sobre el particular.

Bordiuzha anticipó que los ministros de Exteriores y los jefes de Estado de los países miembros, en las reuniones que tienen previsto celebrar en septiembre próximo,  ofrecerán "una evaluación de lo que pasa actualmente en Georgia, Osetia del Sur y en materia de política exterior en su conjunto". Sin embargo, parece un poco tarde para hacerlo.

Uzbekistán sigue sin comentar la actuación rusa en Osetia del Sur a pesar de que Moscú manifestó su respaldo a Tashkent tras la violenta represión de los disturbios en Andizhán, en mayo de 2005.

Tayikistán también guarda silencio sobre este tema a pesar de que Rusia y otros aliados de la OTSC defendieron su independencia e integridad territorial a principios de la década pasada.

El presidente de Kirguizistán, Kurmanbek Bakíev, subrayó el otro día que "los conflictos similares al que tuvo lugar entre Rusia y Georgia han de resolverse en estricta consonancia con el Derecho Internacional y únicamente con métodos políticos y diplomáticos".

Hizo esta declaración al reunirse con su homólogo kazajo, Nursultán Nazarbáyev, quien señaló por su parte que "los medios de comunicación rusos califican lo ocurrido de catástrofe humanitaria y genocidio oseta" pero "la verdad, probablemente, se va a aclarar más tarde".

De esta manera, ambos líderes dieron a entender que el uso de la fuerza militar rusa contra Georgia les parece injustificado.

Armenia, en principio, necesita el apoyo militar por parte de Rusia pero también está entre la espada y la pared. Cuando se libraban combates en Osetia del Sur, la cancillería armenia manifestó la confianza de que las partes beligerantes hagan un esfuerzo por resolver su litigio mediante el diálogo, pero no condenó la agresión ni el genocidio. Poco antes del ataque georgiano contra Tsjinvali, militares de Armenia participaron en los ejercicios de la OTAN Inmediate Response 2008 cuyo guión recordaba en grado considerable la evolución de las operaciones bélicas en Osetia del Sur.

La OTSC pretende iniciar hoy la cuarta y última parte de Rubezh 2008, una serie de ejercicios conjuntos de jefes y estados mayores cuya fase activa se va a desarrollar a 40 kilómetros al oeste de Ereván. El objetivo del simulacro es organizar una operación conjunta en defensa de la soberanía y la integridad territorial de Armenia y repeler el ataque del hipotético agresor. Lo que permanece entre paréntesis es quién se entiende por agresor, y el hecho de que en estas maniobras participan en realidad solamente Armenia y Rusia, dos de los siete países integrados en la OTSC.

Después de concluidos los ejercicios de la OTSC, Armenia acogerá en septiembre próximo un simulacro de la OTAN (Cooperative Longbow/Cooperative Lancer 2008), cuyo objetivo es ensayar la actuación en situaciones de crisis. Lo anterior significa que es a la OTAN a la que podría tocar un día el papel de principal garante de estabilidad en el Cáucaso.

 

 

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