A pesar del tono drástico, la reacción de la OTAN al conflicto entre Moscú y Tbilisi refleja en realidad un juego diplomático y cierta solución de compromiso en el seno de la Alianza, señalan hoy varios expertos rusos al comentar la reunión celebrada la víspera por los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros.
Los cancilleres condenaron a Rusia por su campaña militar contra Georgia y exigieron de Moscú una retirada inmediata de las tropas hacia la línea previa al conflicto. También acordaron la creación del Consejo Georgia-OTAN y prometieron ayuda a Tbilisi.
"Las apariencias serán extremadamente drásticas, hasta donde lo permita una fórmula de compromiso", opina Fiódor Lukiánov, director de la revista "Rusia en la política global". Es una manera de camuflar el hecho de que "hay una escisión profunda de la OTAN en dos bandos: el que quisiera castigar a Moscú y el que preferiría llevar los asuntos con Rusia como de costumbre".
Las respectivas posturas, recordó el experto, no sufrieron cambios notables desde abril pasado, cuando la OTAN pospuso la admisión de Georgia y Ucrania en el Plan de Acción para el Ingreso. Alemania y Francia siguen siendo los principales adversarios de la política de línea dura con respecto a Moscú, constató.
Alexei Arbátov, del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales (IEMRI) anexo a la Academia rusa de Ciencias, cree que "el conflicto georgiano para EEUU no es más que una fallida prueba de las fuerzas en el espacio postsoviético". "Para Europa, en cambio, lo importante es que Georgia provocó tremenda crisis humanitaria y que Rusia usó la fuerza por encima del mandato que tenían sus fuerzas de paz", señaló.
La OTAN, en su opinión, no podrá cerrar las puertas ante Moscú: "Ahí están Irán que, de hecho, proclamó la creación de un misil intercontinental, o el inquieto Pakistán. La solución de estas crisis resulta inconcebible sin la cooperación con Rusia".
La institución del Consejo Georgia-OTAN, señaló, puede considerarse como una especie de premio de consolación para el presidente georgiano. Tanto EEUU como la OTAN en sí demostraron que "en el caso de un conflicto directo con Rusia tienen recursos limitados para proteger incluso a los aliados más leales".
El Consejo Rusia-OTAN fue creado en mayo de 2002, pues Bruselas pretendía demostrar que la segunda fase de ampliación hacia el Este no apuntaba contra Moscú, recordó Alexandr Pikáyev, colaborador de IEMRI. Al amparo de este Consejo funciona una veintena de comités y grupos de trabajo que se dedican, entre otras cosas, a la tarea de compatibilizar los respectivos contingentes militares y sistemas de defensa antimisil. La propia OTAN se verá afectada al suspender las actividades del Consejo, pues también se debatía allí la actuación en Afganistán.
"Hace tiempo que este formato no se usa para discutir problemas serios, así que esta decisión testimonia la impotencia de la OTAN", constató por su parte el politólogo alemán Alexander Rahr.
