El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, y el actual jefe del Gobierno, Vladímir Putin, se han propuesto seriamente formar en el país un sistema bipartidista, escribe hoy Nezavisimaya Gazeta.
Según la información que obra en poder de este diario, el Kremlin y el Gobierno van trabajando a tales efectos con la dirección de ambos partidos oficialistas, Rusia Unida y Rusia Justa. El presidente se encarga de preparar para un nuevo protagonismo a Rusia Justa, en cuya cúpula habrá cambios sustanciales, mientras que el primer ministro se ocupa de Rusia Unida, formación que controla la mayoría de dos tercios en la Duma de Estado.
En las recientes campañas electorales, el régimen se preocupó por fortalecer las posiciones de Rusia Unida, así que la cuestión del multipartidismo quedó relegada a un segundo plano pero nunca desapareció del todo.
"Ahora que los comicios lo han puesto todo en su lugar, el futuro de Rusia Justa me parece alentador", admitió una fuente de alto nivel. Y no se trata de rivalidad alguna entre dos centros del poder, agregó el funcionario, sino de duplicar los esfuerzos para la transformación del actual sistema político. Es precisamente por ello por lo que la Cámara baja aprobó en primera lectura una ley que incrementa la financiación de partidos políticos.
Es un secreto a voces que Vladímir Putin formuló el pasado fin de semana una serie de reclamaciones sustanciales con respecto a la cúpula de su partido. Es una treintena de altos funcionarios a quienes se reprocha la falta de iniciativa, la inercia y la escasa popularidad. El régimen difícilmente puede apoyarse en ellos, por lo cual pasa a depender en mayor grado de los gobernadores regionales, con los cuales nunca se sabe. Se supone que a Rusia Unida le amenazan con quitar una serie de proyectos legislativos de gran relevancia social, ventajosos en plano propagandístico, para dejarlos en las manos de Rusia Justa.
Dmitri Orlov, director de la Agencia de comunicaciones políticas y económicas, duda de que Medvédev haya decidido patrocinar a Rusia Justa por razones ideológicas. La doctrina del "nuevo socialismo" se correlaciona mal con el programa liberal del presidente. "No es más que un reparto de funciones y responsabilidades. Putin y Medvédev tienen cada cual su parcela en el trabajo con partidos políticos", piensa el experto.
