La Haya, 20 de febrero, RIA Novosti. En un centro penitenciario de Rotterdam están montando experimento: difunden por celdas aroma de naranja vía el sistema de ventilación, informa el periódico "Volkskrant".
Policías afirman que ello hace a los presos "más felices y limpios".
Gracias a este experimento fue probado que, al aspirar el aroma en cuestión, los recluidos se portan con menos agresividad, consumen menos tranquilizantes y se duchan con mayor frecuencia. Se redujo un 5-10% el consumo de fármacos, lo que permite ahorrar 665 mil euros al año.
Según un psicólogo de la Universidad de Utrecht, la gente asocia el aroma de naranja con la salud y el frescor.