Que se haya aplazado sin fecha la firma de un acuerdo sobre la participación de empresas rusas en la construcción de nuevas plantas nucleares en el territorio hindú no es más que la punta del iceberg porque las discrepancias entre ambos países, antiguos socios estratégicos, van en aumento.
La reorientación de Nueva Delhi hacia Washington amenaza con desviar a la India de la órbita de la política rusa en el Asia.
Moscú fue prácticamente la única proveedora de armas para la India y su aliada estratégica a lo largo de varios decenios. La URSS mantenía el pulso con China y EEUU mientras que "los imperialistas de Occidente" usaban a Pakistán, enemigo visceral de la India, como cabecera de playa en la región. La relación ruso-hindú en los últimos quince años fue muy diferente a la de las décadas del 70 y el 80 del siglo pasado. Los problemas se iban enconando y, tarde o temprano, tenían que reventar
La India de hoy es una potencia que reclama liderazgo a plena voz y cuyas ambiciones se extienden mucho más allá de los límites regionales. También ha cambiado el contenido de las relaciones económicas entre ambos países. El armamento sigue siendo el renglón dominante en las importaciones hindúes desde Rusia pero hace tiempo que Nueva Delhi enfoca el tema con una óptica distinta: de hecho, prefiere comprarles a Moscú cascos metálicos para después llenarlos de equipos de alta tecnología traídos de otras naciones. Y encima, regatea a saco como sucedió, por ejemplo, en el caso del portaaviones ruso "Almirante Gorshkov", que los hindúes pudieron comprar finalmente a precio de chatarra. A juzgar por todo, el futuro de esta transacción sigue en veremos y no importa, si ello es atribuible a la calidad del armamento ruso, a la relación precio-calidad la parte hindú cree insatisfactoria o al simple deseo de diversificar los suministros.
Por inercia, Rusia espera que la India respalde totalmente cualquier iniciativa suya en el ámbito de la política exterior, cosa que no siempre sucede y cada vez molesta al Kremlin y a la cancillería rusa.
Durante mucho tiempo, Rusia se resistió a vender su material bélico a Pakistán para no ofender a la India que, entretanto, se dedicó a fomentar los vínculos estratégicos con EEUU a pesar de que Washington había armado a su adversario número uno y no se apresura a romper la alianza estratégica con Islamabad.
Como resultado, Rusia corre ahora el peligro de perder a su aliado tradicional sin haber encontrado a otros, nuevos, en una región tan importante como el Sur Asiático.
