Con la franqueza propia de un militar, Yuri Baluievski intervino el miércoles en el juego diplomático que Vladímir Putin va desarrollando con Occidente en temas de seguridad global, entre ellos, el futuro del Tratado ruso-estadounidense sobre la prohibición de misiles de corto y medio alcance. El jefe del Estado Mayor del Ejército ruso dijo ayer que la destrucción de este documento tendría consecuencias irreversibles.
Algunos expertos se inclinan a pensar que Putin y Baluievski, uno de los representantes más locuaces del generalato ruso, juegan en equipo; otros dan a entender que al militar le queda poco tiempo en el cargo, y que él lo intuye.
Hace poco tiempo, en una reunión con Condoleezza Rice y Robert Gates, el presidente ruso admitió la posibilidad de abandonar el acuerdo de misiles de corto y medio alcance (MCMA), a menos que Moscú y Washington consigan atribuirle un carácter global. Baluievski, en cambio, defendió la necesidad de mantenerlo en vigor para evitar que un gran número de países, tecnológicamente capaces de producir estos misiles, instalen en ellos ojivas de alta previsión o "armamento más exótico, incluido el de exterminio en masa".
Varios meses antes, tras el famoso discurso de Putin en la Conferencia de Múnich, Baluievski había mencionado la eventual revisión de todo el sistema de acuerdos internacionales en materia de la disuasión nuclear, así como el posible abandono del tratado MCMA, como reacción al despliegue del escudo antimisil estadounidense en la Europa del Este. Ya en octubre, durante el encuentro con la secretaria de Estado de EEUU y el jefe del Pentágono, el mandatario ruso aludió claramente al cese hipotético de este convenio, en calidad de "respuesta asimétrica" al plan de defensa antimisil, pero Baluievski puso confusión en el asunto.
"Dudo que un hombre del nivel de jefe del Estado Mayor haga comentarios sin acuerdo previo", señaló Anatoli Tsyganok, director del Centro ruso de pronósticos militares. "Es un juego en equipo, no personal, con Occidente".
Entretanto, una fuente anónima del departamento militar atribuyó las declaraciones de Baluievski a la situación configurada dentro de Defensa. Es un personaje "respetado y popular en el Ejército". "Tras la dimisión de Serguei Ivanov, los generales querían ver precisamente a Baluievski en el cargo de ministro", explicó el interlocutor de Gazeta. Ivanov fue sustituido al frente de Defensa por Anatoli Serdiukov cuya trayectoria profesional tiene poco que ver con las Fuerzas Armadas.
No se descarta que Baluievski intuya su próxima dimisión y que por ello haya tenido pocos reparos en indicarle a Putin sus deficiencias en lo que respecta al análisis del tratado MCMA.
