Ayer, la cámara baja del parlamento ruso debatió la moratoria decretada sobre el cumplimiento del Tratado de las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE). El correspondiente proyecto de ley lo elevó a la cámara baja el presidente ruso Vladímir Putin. En el curso de las audiencias parlamentarias se aclaró que los diputados, diplomáticos y militares apoyan enérgicamente esta medida del presidente, mientras algunos expertos temen que pueda "desatarle las manos a la OTAN".
Vladímir Nikishin, representante del Ministerio de Defensa, comunicó que después de que el próximo12 de diciembre Rusia suspenda el cumplimiento del Tratado FACE, cesarán también los informes e inspecciones recíprocas. "El aumento cuantitativo de los armamentos es poco probable", dijo, pero acto seguido añadió que todo dependería del "cómo se comporte la otra parte".
Los expertos invitados a las audiencias expresaron opiniones dispares en cuanto a las consecuencias que podría acarrear la suspensión del cumplimiento del Tratado FACE. Por ejemplo, Serguei Rógov, director del Instituto de EEUU y Canadá, reconoció que como Occidente desatiende los intereses de Rusia y resultan estériles los intentos de entablar negociaciones, la decisión de suspender el cumplimiento del Tratado parece bien fundamentada. De otro lado, tal decisión carece del sentido práctico, pues de momento las limitaciones establecidas por el citado Tratado no molestan a nadie: digamos, la cuota de material blindado en Europa que tiene asignada la OTAN es de 26.000 unidades, pero la alianza dispone tan sólo de 13.000; Rusia dispone de 5.000 unidades de material blindado, siendo su cuota de 6.350.
Alexei Arbátov, director del Centro de Seguridad Internacional (Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales), manifestó que dado el incremento de la partida de los gastos en la Defensa en el 500% en los últimos ocho años, "sería lógico esperar una plena cobertura de las cuotas y hasta el surgimiento de premisas para superarlas". "Se podría haber incrementado las compras del material bélico en cinco veces, pero esto no se ha hecho. ¿En qué se gasta el dinero?", inquirió con indignación el experto. Según Arbátov, ya que las cuotas existentes no se cubren, se trata exclusivamente de un gesto político. "Los gastos de Rusia en la defensa nacional son el 96% inferiores que los de EEUU y el 97,5% inferiores que los de la OTAN -hizo constar el experto-. ¿Y qué resultados esperamos obtener suspendiendo el cumplimiento el Tratado?". En su opinión, tal paso podría desatarle las manos a la OTAN en lo relativo a la militarización de los países bálticos que, a despecho de las exigencias de Rusia, hasta ahora no se han adherido al Tratado FACE-
Según expresó Iván Safranchuk, experto en procesos políticos globales, sería racional no adoptar medidas paliativas sino tomar una firme decisión de retirarse del Tratado y paralelamente proponer aprobar uno nuevo para eludir acusaciones por parte de la OTAN de que Rusia está destruyendo el sistema de control de armamentos.
