Rusia creará unas "reservas de emergencia" de uranio enriquecido que será gestionada por un organismo internacional, anunció el jefe de la Agencia Federal de Energía Nuclear (Rosatom), Serguei Kirienko.
Los expertos sostienen que Moscú ha concebido este proyecto para conservar sus posiciones en el ámbito de los servicios de enriquecimiento de uranio, segmento más redituable del mercado de energía atómica.
Las reservas de uranio, creadas con cargo a los fondos rusos, se almacenarán en el Centro Internacional de Enriquecimiento de Uranio (CIEU) de Angarsk y se facilitarán, por decisión de la AIEA, a los países a los que los proveedores se hayan negado a suministrar combustible. El banco contará con la cantidad de uranio débilmente enriquecido (UDE) suficiente para dos recargas de un reactor. En el momento actual el precio de una recarga asciende a 150 millones de dólares.
"El CIEU, al igual que el banco de combustible, fue creado en respuesta para casos de emergencia con el fin de dar garantías sólidas a los países, deseosos de utilizar la energía nuclear con fines pacíficos que no quieren desarrollar tecnologías de ciclo completo. A diferencia de muchas otras iniciativas internacionales, el CIEU es un proyecto ya puesto en práctica", señalaron expertos rusos.
Rusia dispone del 45% de las capacidades de enriquecimiento de uranio, pero domina sólo un 35% del mercado de UDE. En un futuro la presencia rusa en el mismo irá disminuyendo ya que EEUU y Francia comenzaron a construir en su territorio nuevas plantas de enriquecimiento.
"La creación del CIEU y del banco de combustible es una buena vía de atraer a nuevos clientes y mantener las posiciones conquistadas en el mercado", opinan analistas rusos.
