Rosenergoatom tiene previsto ampliar el parque de las centrales nucleares flotantes (CNF). En un futuro próximo el consorcio deberá decidir dónde se construirá la segunda CNF que permitirá evitar problemas con suministro de electricidad a Vladivostok, ciudad que en 2012 acogerá a la cumbre de los países de la región Asia-Pacífico. Es un proyecto más rentable que construir la planta en tierra firme, aseguran los expertos del consorcio.
"Aun no se ha adoptado la decisión de estacionar la CNF en la isla Russki, pero habría que tomarla hacia otoño de este año", manifestó ayer el director adjunto de Rosenergoatom, Serguei Krysov. En este caso sería posible ultimar las obras de construcción de la central flotante antes del año 2011. Paralelamente continuarán las obras de construcción de un barco nuclear de modelo similar que echará anclas en Pevek en 2012 para paliar el déficit de electricidad por desarrollo intensivo en Chukotka de dos yacimientos de oro.
Dentro de diez años Rosenergoatom planea disponer de siete CNF, con la particularidad de que la séptima se construirá con cargo a los beneficios derivados de la explotación de las seis primeras. El plazo de recuperación de inversiones es de 10 años.
El único óbice para la ejecución de estos proyectos es su carestía. "La construcción de 1 kW del grupo generador de 70 MW en la central flotante requiere de gastos de orden de 4.500-5.000 dólares, mientras en el caso de la planta tradicional esta cifra se mantiene en los niveles entre 2.000 y 2.500 dólares", explicaron las fuentes de Rosenergoatom.
Desde 2014 el consorcio tiene previsto iniciar las exportaciones de las CNF. Ya mostraron interés por adquirirlas unos 20 países, entre ellos Indonesia y China.
