Tallin, 27 de abril, RIA Novosti. Los pogromos registrados anoche en la capital estonia de Tallin tuvieron una acogida dispar entre los ciudadanos de a pie, pero la mayoría de las personas consultadas ha condenado resueltamente los desórdenes.
"Ya sabía que todo acabaría mal porque el Gobierno de Estonia ignora la opinión de la población rusohablante, y en cuanto al desmontaje del Soldado de Bronce es una insolencia", expresó Mijaíl, un obrero de 46 años residente de Tallin.
"Antes lo había visto sólo por la televisión cuando enseñaban los desórdenes en Francia, y ahora sentí miedo -comentó Liudmila de 62 años-. La culpa la tienen las autoridades y también los que habían organizado los pogromos".
La policía estonia había dispersado anoche a los defensores del monumento soviético al Soldado Libertador -también conocido como Soldado de Bronce-, que habían estado celebrando un mitin de protesta contra la decisión de las autoridades de desmontar y retirar el monumento del centro de la ciudad.
Después que el piquete quedara dispersado, varios grupos de personas jóvenes se lanzaron a los pogromos rompiendo cristales y volcando coches en las calles. Fueron apedreadas una estación de policía en la parte central de Tallin y la oficina del Partido Reformista encabezado por el primer ministro estonio, Andrus Ansip.
Para neutralizar a los vándalos, la policía empleó gases lacrimógenos, chorros de agua y granadas aturdidoras. Las fuentes policiales han comunicado que una persona resultó muerta y otras 57 fueron heridas, entre ellas 13 policías.
