El primer ministro kazajo, Karim Masímov, manifestó ayer su respaldo a la propuesta de Bielorrusia, la cual insiste en coordinar la política energética en el marco de la Comunidad Económica Eurasiática (CEE), y sugirió que la unión aduanera en la CEE se establezca cuando sus potenciales miembros - Bielorrusia, Kazajstán y Rusia - hayan ingresado en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
De este modo, Kazajstán enterró un proyecto que Rusia venía desarrollando activamente desde hace tiempo y el cual era el único importante en el espacio comunitario.
Rusia y Kazajstán podrían incorporarse a la OMC el año que viene; en cuanto a Bielorrusia, las perspectivas de su adhesión a este organismo son, más bien, negativas.
El diario Kommersant atribuye la decisión de Kazajstán al difícil avance del diálogo con Rusia sobre el transporte del crudo kazajo a la UE, a través de las tuberías controladas por la corporación rusa Transneft. Hace dos semanas, Masímov discutió el tema del tránsito con el primer ministro de Rusia, Mijaíl Fradkov, y el presidente de Polonia, Lech Kaczynski. Este último recomendó a Kazajstán participar en la construcción de una ruta alternativa, a saber, el oleoducto Odesa-Brody-Plotsk. Masímov rehusó hacer promesas a la parte polaca pero no consiguió de su colega ruso ventajas algunas a cambio. Con gran dosis de probabilidad, el hecho explica la aparición de nuevos problemas en la CEE.
Las negociaciones sobre la unión aduanera continuarán en mayo próximo pero su futura creación se vuelve cada vez más ilusoria porque Rusia ya tiene dos oponentes: Bielorrusia y Kazajstán.