La auditora más antigua del planeta, PricewaterhouseCoopers (PwC), que desarrolla con éxito las operaciones en 140 países, podría perder su licencia en Rusia a causa de una resolución inesperadamente drástica emitida por el Tribunal de Arbitraje de Moscú. El fallo judicial señala que la división rusa de PwC, PricewaterhouseCoopers Audit, incumplió los estándares profesionales y participó, de hecho, en los esquemas de evasión fiscal aplicados por la petrolera Yukos.
La auditora estaba al tanto de esos esquemas pero, en vez de informar a los accionistas, le prestaba a Yukos "asistencia en su implementación", consta en el veredicto.
La licencia de PwC en Rusia expira el próximo 20 de mayo y es el Ministerio ruso de Hacienda al que corresponde prolongarla.
Víctor Pleskachevsky, subjefe del Comité parlamentario para asuntos patrimoniales, cree que "será difícil para Hacienda pasar por alto la resolución judicial" y que "el tribunal hizo para el ministerio el trabajo preliminar, al dejar constancia del incumplimiento de los estándares en materia de auditoría". "En esta situación, Hacienda podría optar por una táctica pasiva, o sea, no anular la licencia de PwC pero tampoco prolongarla", opina este diputado.
El asunto, además de causar preocupación en el mercado, ha trascendido ya al nivel internacional. La Administración de EE.UU., según los datos que obran en poder del diario Kommersant, ha salido en defensa de PwC recordando que se trata de una empresa de "reputación irreprochable" y cuyos clientes "representan casi la mitad de la economía rusa". Se advierte que la revocación de licencia tendría el efecto boomerang sobre Rusia. Entre otras cosas, podría deteriorar la imagen del país entre los inversores, complicar las negociaciones para el ingreso de Rusia en la OMC y obstruir la salida de empresas rusas a las bolsas internacionales.
