Según reconoció el departamento militar británico, en el submarino atómico Tireless que cumplía misión en el Ártico murieron dos marineros y uno resultó gravemente herido. De no haber sido por este accidente, la opinión pública jamás se habría enterado de que las fuerzas navales británicas y norteamericanas realizaban maniobras de turno en el Océano Glacial Ártico. Mientras, ahora es evidente que, igual como en la época de la "guerra fría", las flotas de la OTAN pretenden tomar bajo su control las aguas árticas.
A mediados de los años 90, el Pentágono anunció que los submarinos atómicos norteamericanos inhibían sus actividades en las aguas árticas a raíz del cese de la confrontación estratégica global. No era ningún secreto que los submarinos estadounidenses y los soviéticos vigilaban los unos a los otros. Ahora, al parecer, todo vuelve a sus cauces, y los norteamericanos se empeñan en incorporar en esta actividad a los británicos.
Tireless pertenece a la categoría Trafalgar, diseñada para eventuales acciones militares en el Ártico, de lo que da fe cualquier prontuario naval. Pero una vez terminada la "guerra fría", estos buques empezaron a frecuentar áreas aledañas a Oriente Próximo.
Algunos analistas occidentales creen que las maniobras en el curso de las cuales se produjo el accidente en el submarino Tireless es una respuesta al lanzamiento de misil balístico intercontinental realizado en octubre pasado desde el Polo Norte por el submarino estratégico ruso Ekaterimburgo. Incluso se declaró abiertamente que ante la Marina norteamericana se planteó la tarea de desplazar, con ayuda de los aliados británicos, a los submarinos estratégicos rusos de las aguas polares.
