La discusión entre Teherán y Moscú respecto a la financiación de la construcción de la central nuclear en Bushire se puede dar por agotada. Unos días antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara una nueva resolución contra Irán, la parte rusa acusó a Teherán de retrasar los pagos y así tuvo un cómodo pretexto para mostrar su dura postura frente a la República Islámica. La ONU ha concedido un plazo de 60 días para que Irán desmantele sus trabajos de enriquecimiento de uranio y parece que Rusia está dispuesta a volver a jugar el papel de 'policía bueno'.
Un alto cargo en Teherán ha comentado que los documentos sobre el arreglo de los problemas financieros ya están preparados y serán firmados en el tiempo más breve. La portavoz de la empresa rusa 'Atomstroiexport', Irina Yesipova, informó a su vez que la compañía ya ha recibido el primer pago por la construcción de la planta nuclear desde que se reanudara su financiación. Refiriéndose a los suministros del combustible nuclear señaló que 'aún es prematuro tratar ese tema'.
Todo indica que el desarrollo de los acontecimientos en torno a Bushire responde al entendimiento alcanzado entre Rusia y los demás miembros del 'grupo de los seis' (EE UU, China, Reino Unido, Francia y Alemania). "Seguiremos empujando a Irán hacia las negociaciones, incluidas las bilaterales, y es muy posible que se establezcan contactos en alto nivel entre Teherán y los países del 'grupo de los seis' excepto EE UU", reveló una fuente vinculada al proceso negociador.
En conversaciones privadas, los diplomáticos iraníes piden no hacer caso a la retórica del presidente Mahmud Ahmadineyad. Uno de los interlocutores de Nezavisimaya Gaceta ha comunicado que el gabinete de la presidencia iraquí procura reducir al mínimo los contactos directos de su jefe con el mundo exterior 'para que no hable de más'.
Los diplomáticos rusos también llaman a no juzgar sobre la postura de Teherán por las palabras del presidente iraní Ahmadineyad. "Preferimos reaccionar a los hechos concretos y no a las palabras", explicó una fuente diplomática. Al mismo tiempo apuntó que el comentar la situación en Irán en las condiciones concretas de hoy puede ser 'un tiro por la culata' porque los iraníes son capaces de interpretar cualquier palabra en perjuicio de Moscú y sus aliados'.
