A la gente le gusta cada vez más vivir en Rusia. Esta es la conclusión a que han llegado los investigadores del Centro de Estudio de Cambios Socioculturales anexo al Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias de Rusia. El número de personas satisfechas con el estado de cosas aumentó desde una sexta parte en 1990 hasta más de la mitad el año pasado (54%), otro 82% de los ciudadanos están contentos de vivir en Rusia y sólo un 2% quisieran salir del país y residir en el extranjero.
A mediados de los años 1990 había tres veces más pesimistas que optimistas, y ahora todo es al revés. Los optimistas afirman que su vida ha mejorado notablemente en comparación con el año pasado, están seguros del futuro y de que más tarde todo será mejor.
Los datos en poder del Centro de Estudio de Cambios Socioculturales confirman los estudios realizados por el Centro de Estudios Estratégicos del Sistema de Seguros de Rusia a fines de 2006. La aplastante mayoría de los encuestados también se mostraron seguros de que la vida va a mejorar, los encuestado esperan ver aumentar sus ingresos en el 36% como promedio dentro de los próximos 5-7 años.
El aumento del nivel de vida de quienes se muestran contentos se debe al aumento del número de personas en la sociedad que no se han formado en la época soviética, dice el director de la fundación "Opinión Pública", Alexander Oslon: "La joven generación de hoy cree que tiene posibilidades para realizarse, y de conservarse esta tendencia, el nivel de optimismo crecerá aun más".
De ese estado de complacencia en que permanecen los ciudadanos rusos pueden sacar partido los políticos y que están en el poder y los fabricantes de bienes de amplio consumo, según piensa el director general de la empresa de investigaciones "GfK Rus", Alexander Demidov: el optimismo suele tener conexión estrecha con el bienestar, y la gente empieza a adquirir bienes inmuebles, automóviles, equipos, hacer depósitos bancarios y asegurar sus bienes.
Los políticos que están en el poder se benefician de esta vida de los ciudadanos rusos, comparte esta opinión, Andrei Samoshin, miembro de la facción parlamentaria "Rusia Unida": por una parte, se trata de la evaluación de su labor y, por la otra, la esperanza de que la población les sea leal en el futuro. Los que salen mal parados son los opositores al régimen, y su objetivo es explicar a la gente que las cosas no marchan como es debido, dice el diputado.
Las expectativas exageradas pueden conducir al desengaño de la sociedad, advierte el politólogo Dmitri Baldovski. En su opinión, el crecimiento de ánimos positivos en la sociedad se debe en buena medida a Vladimir Putin como presidente de las "esperanzas", mientras que un nuevo presidente del que se exigirá resultados concretos podrá conducir a un desengaño.
