La organización de los mayores exportadores del gas será fundada en la capital de Qatar el próximo 9 de abril. Según fuentes diplomáticas, están dispuestos a actuar como sus fundadores Rusia, Irán, Qatar, Venezuela y Argelia. Sin lugar a dudas, la formación de un organismo energético tan fuerte sería acogida muy negativamente por EE.UU. y la Unión Europea.
Fuentes de Kommersant en la diplomacia árabe han comunicado que la próxima reunión del Foro de los países exportadores del gas (instituido en 2001 y engloba a los países que controlan más del 70% de las reservas mundiales del gas) a celebrarse el próximo 9 de abril en Doha será un momento propicio para anunciar la fundación del cártel gasístico y que las negociaciones para concordar el aspecto político de este paso tocan ya a su fin. Según expresó un diplomático árabe, las negociaciones más importantes no las celebran los altos ejecutivos del sector gasístico sino altos cargos políticos, a veces incluso sin coordinarlo con sus respectivos ministerios de Asuntos Exteriores.
El partidario más fervoroso de esta idea es, desde luego, Irán. Su líder religioso, ayatollah Khamenei, fue el primero en adelantar a nivel oficial la idea de crear un cártel gasístico, aunque en Rusia ésta se ha venido discutiendo desde hace mucho. El presidente Vladimir Putin siempre apoyaba esta idea. También la apoyan diputados a la Duma de Estado.
Los planes de creación de una OPEP gasística mantienen en vilo a Europa. Los altos ejecutivos del consorcio Gasprom no disimulan que su objetivo estratégico es establecerse en Alemania y otros países europeos. En el aspecto comercial, vendiendo gas al consumidor final, Gasprom obtendría $400-500 por mil metros cúbicos en vez de los actuales $290. El monopolio ruso se vería en una situación mucho más privilegiada que sus homólogos europeos como E.On o Gas de France cuya producción es muy inferior a sus volúmenes de ventas.
En el aspecto político, Rusia obtendría la posibilidad de imponerle a Europa cualesquiera condiciones. La Unión Europea pasaría a depender casi totalmente de la voluntad política de Moscú, sin disponer de hecho de palancas para presionar sobre el Kremlin.
Uno de los argumentos más difundidos en contra de la creación del cártel consiste en la alusión a que todos los contratos de suministro de gas se celebran a largo plazo, lo que impide una fuerte subida del precio. Ello no obstante, todos los contratos suscritos por Gasprom con otros países suponen una revisión trimestral o semestral de los precios. Es decir, los volúmenes de suministros para una perspectiva y la regulación de los precios podrían llegar a ser objeto de acuerdos entre los países productores asociados al cártel gasístico.
