Por primera vez en muchos años, Rusia ha logrado cerrar un contrato a largo plazo para la exportación del crudo. La polaca PKN Orlen se compromete a comprarle a la rusa Rosneft 3,36 millones de toneladas anuales del petróleo en el próximo quinquenio, lo cual equivale aproximadamente a seis mil millones de dólares en precios corrientes.
La firma del acuerdo se produce poco después de los cortes que se han registrado en el suministro del crudo ruso vía Bielorrusia, a raíz de un conflicto entre Moscú y Minsk, así que los analistas dan a entender que la intención de Varsovia es asegurarse contra los eventuales riesgos políticos.
Un contrato quinquenal y que, además, podrá prolongarse, es algo excepcional para el sector petrolero que prefiere trabajar sobre contratos anuales, capaces de reflejar en mayor grado los cambios fundamentales en la coyuntura de este mercado. Con todo, también es una garantía del suministro a largo plazo, y los usuarios europeos, asustados en su momento por la quiebra de Yukos, aplican este esquema desde hace un par de años.
