TeleSUR / 08/08/2006. Grupos de paramilitares de derecha buscaron la intermediación del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, en el proceso de desarme que adelantan con el Gobierno colombiano de Alvaro Uribe.
La petición fue anunciada a propósito de la toma presidencial de Uribe el lunes, que ejercerá la presidencia de Colombia hasta el año 2010.
De acuerdo al reporte de Freddy Muñoz, algunos analistas políticos colombianos creen que hay mucho que aclarar en cuanto al desarme de estos grupos.
Pero es que según la Organización de Estados Americanos (OEA), que instaló una oficina en Colombia para darle seguimiento a este proceso, existe una nueva generación de de estos grupos opera en 70 por ciento del país.
Este tipo de señalamientos como los hechos por la OEA, motivaron a los paramilitares a buscar apoyo internacional en Costa Rica, con el objetivo de moderar las leyes que deberán cumplir los desmovilizados.
Para Severo López, cabecilla militar desmovilizado, esta negociación no se puede seguir llevando bajo las directrices del Código Penal colombiano.
"Hay que desjuridizar este proceso de paz, el proceso de paz no se puede seguir haciendo con el Código Penal bajo el brazo, la paz es el interés superior, inmenso (...) En Uganda, en Centroamérica, en Suramérica, en cualquier parte del mundo", añadió.
Por su parte, el presidente costarricense Oscar Arias, admitió haberse reunido con los paramilitares, poniéndose a su disposición para hacer del desarme una realidad.
Jaime Zuluaga, director ejecutivo de la organización Asociación Civil por la Paz, cree que este proceso más allá de ser un logro político para estas organizaciones armadas, debe convertirse en un bien para la sociedad colombiana.
"Pienso que sería positivo para la sociedad colombiana que logremos resolver adecuadamente esta situación con los paramilitares desmovilizados, pero no hay que olvidarse que a pesar de que los paramilitares se desmovilizaron, el paramilitarismo sigue presente en Colombia, no sólo militarmente, sino sobre todo económica y políticamente con el control de negocios lícitos e ilícitos, y con una presencia política dominante en muchas regiones del país", explicó Zuluaga.
Algunos congresistas de Antioquia, zona céntrica de Colombia, y que estos grupos han escogido como centro de sus deliberaciones, expresan además que el paramilitarismo controla importantes sectores de la administración pública.
"En el caso concreto de Medellín siguen las estructuras económicas, siguen controlando actividades tan importantes como la salud, las administradoras del régimen subsidiado, las denuncias son permanente, son persistentes", aseguró Jaime Reyes, congresista
El mandatario de Costa Rica, dijo además que aunque colaboraría con el proceso, considera que el apoyo internacional no se hace indispensable, si internamente impera la buena fe y la transparencia entre las partes.
