Muestra a un grupo de turistas observando desde un barco a un tiburón blanco de cuatro metros de largo que persigue un trozo de atún de los que se usan como cebo.
De repente el tiburón, cuya velocidad alcanza hasta 40 km/h, penetra en la jaula donde se encontraba un buzo filmando la escena. Los turistas entran en pánico, pero la tripulación del barco actúa rápidamente y abre la puerta superior de la jaula para rescatar al hombre.
El escualo se libera al cabo de unos segundos con el cuerpo cubierto de heridas y se aleja rápidamente. El buzo, en cambio, sale ileso en medio de los aplausos de los turistas.
El vídeo fue grabado por el fotógrafo Buck Forester y publicado en YouTube junto a este texto: "Este no es nuestro tipo de vídeo habitual".