Para medir el nivel de alcohol, es necesario fijar el sensor en la superficie de la piel con ayuda de un papel con electrodos. Una vez activados, los electrodos empiezan a generar corrientes débiles durante aproximadamente cinco minutos.
Como resultado, se forma del tatuaje una capa de gel, el cual libera un fármaco que penetra en la epidermis del ser humano e induce el proceso de sudoración. Al mismo tiempo, el sensor analiza el sudor y calcula el nivel de etanol en la sangre para posteriormente enviar los resultados vía Bluetooth al dispositivo electrónico designado.
"Hoy en día el tatuaje es desechable. Se coloca, mide los niveles y se bota", declaró el profesor Patrick Mercier, al tiempo que subrayó que se está estudiando la posibilidad de aumentar el tiempo de funcionamiento del mecanismo.
El precio del nuevo sistema es de tan solo unos centavos.