Ambos representantes alertaron a Washington de que el escudo dañaría el equilibrio estratégico de la zona.
"Estados Unidos no debería utilizar las acciones de Corea del Norte como excusa para incrementar su presencia militar en la región", ha dicho el ministro ruso, Serguéi Lavrov.
Aunque EEUU y Corea del Sur han insistido en que el escudo solo pretende controlar a Pyongyang, su radar también alcanzaría buena parte del territorio ruso y chino.
Pekín y Moscú han insistido en los últimos meses en su protesta contra el escudo, para cuyo despliegue ya han empezado las conversaciones formales entre Seúl y Washington.
"Ambos estamos gravemente preocupados", ha confirmado Wang Yi, ministro de Exteriores chino, quien ha añadido que el escudo excede las necesidades defensivas de EEUU y supondría "impacto directo" en la estrategia de seguridad de Pekín y Moscú.
Ambos ministros han coincidido en la peligrosidad de la situación en la península coreana y la necesidad de retomar las conversaciones a seis (las dos coreas, China, Rusia, Japón y Estados Unidos) para su desnuclearización.
Moscú también ha mostrado su afinidad con Pekín al pedir que los conflictos en las aguas del mar del Sur de China "no se internacionalicen", en una clara alusión a la presencia estadounidense en la zona.
Lavrov y Wang han anunciado que sus países aumentarán su cooperación en Defensa y sus ejercicios militares.
Lavrov se encuentra en Pekín estos días para preparar la visita en junio del presidente ruso, Vladimir Putin.