Según el subsecretario, este cálculo surge del monitoreo estadístico que las autoridades hacen de algunos centros de salud en México. A partir de ahí, se deduce la curva epidemiológica, conocida como Modelo Centinela de Vigilancia Epidemiológica.
Ante las críticas que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha enfrentado por la falta de pruebas para confirmar los casos de coronavirus, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud consideró que "las enfermedades de muy amplia propagación son fenómenos inconmensurables, es decir, que no se pueden medir de manera directa, porque son tan extensos o cambiantes que es ocioso tratar de medirlos así".
El Modelo Centinela de Vigilancia Epidemiológica, por tanto, funciona de manera similar a las encuestas de opinión, donde se toma una muestra representativa de hospitales para estimar los casos totales de la COVID-19.
El sistema de monitoreo se ha implementado en México desde 2006 y tiene su origen en un procedimiento desarrollado por los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos, la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud en 2005. Para el caso actual, se vigilan 376 unidades de salud, las cuales informan de los pacientes con síntomas de infecciones respiratorias agudas, leves o graves.
Cuando un paciente sospechoso ingresa a esos hospitales los médicos practican en primera instancia un examen para detectar influenza. Si el paciente sale negativo, se le practica la prueba de la COVID-19.
Aunque 80% de los casos en México no son confirmados, López-Gatell mencionó que la mayoría de ellos puede permanecer en sus casas y recuperarse de la enfermedad entre 10 y 14 días. Por ello, aunque no son registrados en las cifras oficiales, el Modelo Centinela permite reconocer su presencia e implementar protocolos de vigilancia, con el cual, por ejemplo, se decidió poner en marcha la Fase 2 de la contingencia sanitaria el 24 de marzo.