A finales del año 2015, tan solo un 38% de las mercancías provenía del extranjero, según el informe de la Agencia Nacional de Valoración. La proporción de alimentos es aún menor, ya que en 2015 solo un 28% llegó al mercado ruso desde el exterior.
En comparación, en 2014 el sector de las importaciones de alimentos era de un 36%.
Precisamente, el volumen de la carne de ave importada se redujo en 2015 en un 44%, y el del aceite en un 63%.
La nueva estadística publicada abarca las importaciones de todas las regiones del mundo, incluyendo a los socios estratégicos de Rusia como Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Armenia.
El factor principal en la reducción de la dependencia de las importaciones ha sido el embargo sobre un amplio espectro de alimentos provenientes de la UE y algunos otros países de Occidente a partir de la segunda mitad del año 2014, impuesto como una contramedida en respuesta a las sanciones antirrusas de Occidente.
Además, los expertos destacan que la caída de los ingresos a raíz de la crisis petrolera provocó la disminución del consumo de productos importados.
Los más beneficiados por la imposición del embargo alimenticio ruso han resultado ser los productores nacionales. Actualmente, el objetivo principal, señalan los analistas, es el de mejorar la calidad de las mercancías y reducir su coste de producción para estar preparados ante el eventual regreso de los competidores de la UE al mercado nacional.
