Las obras del nuevo buque, que recibió el nombre de Tormenta, serán oficialmente inauguradas el próximo 10 de mayo.
El diseñador de la nave, la empresa central de diseño marítimo Almaz, intentó eliminar todas las desventajas del proyecto antecesor. Los Buyan, construidos para un uso doble —en el mar y en los ríos— carecen de autonomía para operar en el mar y tampoco fueron dotados con una defensa antiaérea potente.
Por su parte, la nueva clase será capaz de operar a una distancia de más de 5.000 kilómetros de la costa e incorporará una gran variedad de armamentos, entre ellos los misiles de crucero tipo Ónix y el recién estrenado en Siria, el tipo Kalibr.
También dispondrá de un sistema de defensa antiaérea moderna. Finalmente, los nuevos buques incorporarán tecnologías furtivas para disminuir su detectabilidad por parte de los radares enemigos.
Según la tradición naval ruso-soviética, los buques portamisiles ocupan el lugar intermedio entre las lanchas portamisiles y las fragatas portamisiles. En la OTAN se consideran como corbetas o fragatas, según el tamaño.