La creciente influencia de Rusia en el mundo siempre es una "agresión". Según Occidente, toda la información de los medios rusos es "propaganda" y la política externa está llena de "ambiciones imperialistas", afirma el periódico alemán Focus.
Este tipo de relaciones ya cumple un centenario —en 1918, la Alemania militarista decidió limitar el potencial de Rusia, imponiéndole a un país debilitado por la guerra y la revolución el humillante acuerdo de Brest-Litovsk—.
"Occidente afirma juzgar a Rusia bajo los criterios de ‘moralidad'. No es mala idea, pero los criterios deben emplearse mutuamente. Sin esto, la postura de Occidente es eclipsada por los doble estándares", señala el medio.
Tampoco se hace caso de las preocupaciones de los ucranianos rusohablantes, expresadas tras el golpe de Estado en Ucrania, en 2014, en el que participaron los nacionalistas ucranianos, escribe Focus.
Pero "cualquier Estado con una mente sana que aspira a desempeñar un papel importante no habría sido capaz de quedarse tranquilo ante los cambios políticos en su contra en su área de interés", afirma el periódico.
Basta con colocarse en el lugar de EEUU para adivinar su reacción a un evento semejante, propone el medio.
Pero nadie tacha a EEUU o al Reino Unido de "amenazas globales". Occidente, aunque no quiera reconocer sus errores, debe reconciliarse con el hecho de que otros países tienen sus propios intereses nacionales, y cesar de condenar a Rusia, concluye el periódico alemán.