"De momento la legislación no hace referencia a este producto y el aspecto del cigarrillo electrónico puede no parecer producto de tabaco", dijo este viernes el vicepresidente del Comité de Política Social del Consejo de Federación rusa, Ígor Chernishev, agregando que la venta de tales artículos a menores de edad no se penaliza.
Indicó que "es probable que fumar cigarrillos electrónicos ayude a algunos fumadores a dejar el tabaco, sin embargo, para en la mayoría de casos el uso de este cigarrillo provoca solo una reducción del consumo de cigarrillos, y no el abandono del vicio".
El jefe del Comité de Política Social del Consejo de la Federación, Valeri Riazanski, por su parte, considera que el Ministerio de Sanidad ruso debe continuar examinando la influencia negativa de los cigarrillos electrónicos a causa de la demanda creciente de este producto.
Al mismo tiempo se propone imponer la responsabilidad administrativa por la violación de las prohibiciones correspondientes; las multas podrían alcanzar hasta 150.000 rublos (unos 2.338 dólares), agregó.
Además, Riazanski informó que la próxima etapa podría consistir en imponer un impuesto especial a estos cigarrillos, así como en otras medidas de gran escala hasta la prohibición completa a su venta, como lo hicieron Canadá, Dinamarca, Noruega, Italia y otros países.
En el comité destacaron que no se pueden cerrar los ojos ante el uso de cigarrillos electrónicos y hace falta aplicar medidas al respecto para evitar el crecimiento del tabaquismo.