Las mujeres rusas siguen discriminadas pese a la legislación que vela por la igualdad, dice el diario.
"Paradójicamente, Rusia, antes que otros países del mundo, garantizó a principios del siglo XX a las mujeres muchos derechos cívicos, mientras que las leyes en defensa de los derechos de la mujer aprobadas en los noventa son de los más liberales", sostiene el artículo titulado 'Señoras de segunda'.
Pero de la práctica a la teoría hay mucho trecho.
Como muestra de la discriminación que sufre la mujer, el rotativo ofrece el siguiente ejemplo: las mujeres mayores de 30-35 años que no tienen hijos suelen dar pena y si tienen romances pero no formalizan su relación, son encasilladas como "frívolas". Mientras, un hombre de la misma edad y el mismo comportamiento es un donjuán que causa envidia y aprobación a partes iguales.
Según expertos, las rusas que sufren violencia doméstica solo denuncian en el 25% de los casos, como máximo. De estos, solo el 4% llega a los tribunales.
La publicidad y los medios de comunicación contribuyen a cultivar la imagen de la mujer como "un objeto", lo que fomenta al maltrato de la mujer, que acaba en miles de muertes al año, lamenta la autora del artículo.
Al mismo tiempo, se destaca que en Rusia hay más mujeres con título universitario que hombres y por la cantidad de maestras y profesoras, Rusia está por delante de muchos países, incluidos los escandinavos. No obstante, entre los miembros de la Academia de Ciencias de Rusia solo el 2% son mujeres.
En la política las mujeres rusas tampoco están a la par con los hombres, pues en la Cámara baja del Parlamento, la Duma, suponen solo el 13,5% de los diputados. Y el Gabinete de ministros cuenta con solo dos jefas de cartera.
El artículo también revela que en el partido comunista de Rusia, cuyo líder, Guennadi Ziuganov, aboga por la igualdad revocando la experiencia soviética, hay solo una mujer diputada.
No obstante, los mismos sondeos reflejan que los hombres rusos no están preparados para tener a una mujer presidenta. Esta posibilidad es avalada por el 24% de los varones encuestados (entre mujeres el porcentaje llega al 61%).
Según Moskovski Komsomolets, el aumento de la representación femenina en los parlamentos en algunos países constituye una especie de medida anticorrupción, porque las mujeres son menos proclives a infringir las leyes y aceptar sobornos, dicen los estudios.
Así, según el Informe Mundial sobre Salarios, las mujeres rusas ganan un 23% menos que los hombres. Al mismo tiempo, expertos de la Organización Internacional de Trabajo señalan que, ocupando las mismas posiciones, las mujeres se muestran más eficientes y pueden aspirar a una retribución aún mayor que la de los hombres.
El feminismo, señala el diario, tiene una connotación negativa en Rusia, cuando en realidad significa solamente el deseo de la mujer de hacerse respetar sin que esto perjudique de alguna manera al hombre.
El feminismo no está en contra de la familia. En general, no es un movimiento "contra" algo, sino "a favor".
"Sólo sé que la gente me llama feminista cada vez que expreso sentimientos que me diferencian de un felpudo", dijo en 1913 la feminista inglesa Rebecca West.
Sus palabras pueden aplicarse a la situación de las mujeres también 100 años después, concluye el artículo.