"Las sanciones representan acciones inamistosas e inaceptables que entorpecen las relaciones", declaró.
Señaló que los propios japoneses se percatan del perjuicio que les causan las medidas restrictivas.
"A pesar de que los japoneses han seguido el rumbo de su aliado transoceánico, por lo visto se dan cuenta de que semejantes restricciones son contraproducentes, en primer lugar, para los intereses del propio Japón y su mundo de los negocios", destacó.
El diplomático reconoció a la vez que que a eso se debe a que en comparación con los países occidentales Japón "matizó" en algo las medidas impuestas contra Rusia.
Morgúlov insistió que una futura suspensión de las restricciones por parte de Japón mostraría su capacidad de llevar adelante una política independiente.
"Esto mostraría la creciente capacidad de Tokio de seguir un curso independiente que corresponda a los intereses políticos y económicos del país a largo plazo", destacó el viceministro.