Narcopolicías rusos confiscaron unos 700 kilos de drogas de diseño de alta concentración durante unas operaciones del Servicio Federal ruso de Control de Drogas (FSKN), informó este martes el jefe del ente, Víctor Ivanov.
“Se liquidó una infraestructura profundamente conspirativa de un сabecilla del narcotráfico, que suministró drogas sintéticas procedentes de China. La intercepción de 700 kilos de esta droga impidió la comercialización de 20 toneladas de mezclas (ilegales) para fumar”, dijo.
Durante la operación los narcopolicías detuvieron a 11 personas, agregó.
Una serie de operaciones a gran escala, denominadas El Expreso de Oriente, se llevó a cabo en la primavera y el verano de este año en 15 regiones de Rusia, donde se ubicaban los “núcleos de una red extensa de narcotráfico”.
Ivanov indicó que al incautar esa cantidad grande de drogas el FSKN “ahorró” para este año unos 150.000 millones de rublos del Estado (unos 4.000 millones de dólares).
El volumen de drogas de diseño confiscadas por el FSKN se ha incrementado 130 veces en los últimos siete años, subrayó el funcionario. Agregó que también aumentó el tráfico de sustancias ilegales a través de Ucrania, incluida la cocaína latinoamericana, sin embargo, aseguró que no se trata de un aumento drástico.
El jefe de FSKN anunció también la apertura antes de que finalice el año de un museo dedicado a las inventivas y triquiñuelas de los narcotraficantes.
La adicción a las drogas es uno de los problemas más importantes de Rusia en el ámbito social y de sanidad pública. El aumento brusco del consumo de estupefacientes coincidió con el colapso de la URSS y el máximo número de víctimas se registró en la segunda mitad de los años noventas del pasado siglo.
En la década de 2000 la estadística se redujo gradualmente, así como cambió la lista de drogas más populares: se difundieron los spice y otras drogas de diseño chinas. El problema consiste en que muchas de ellas no están prohibidas, ya que los productores modifican ligeramente la fórmula para evitar problemas con la ley, y constantemente aparecen nuevas sustancias alucinógenas.
Según el FSKN, el número de jóvenes rusos fallecidos a causa del consumo de drogas disminuyó en un 30% en los últimos años, de unos 130.000 en 2000 hasta unos 82.000 en 2013.
