En tan sólo 24 horas, EEUU logró sintetizar su política de doble rasero para demostrar al mundo que por lo menos en eso, van en serio.
Antes de consumarse la amenza, el portavoz de la Cancillería iraní, Husein Yaber Ansari, contestó: "vamos a responder a estos trucos de propaganda y medidas destinadas a dañar con persecuciones más severas nuestro programa de misiles legal y la promoción de nuestras capacidades de defensa y seguridad nacional", afirmó, citado por Press TV.
El profesor de Economía Política de la Universidad del País Vasco, Joaquín Arriola, opina que estas nuevas sanciones que aplica EEUU a Irán reflejan una orientación general de la estrategia de gestión de las relaciones internacionales del país norteamericano, que consiste en focalizar las represalias en agentes muy concretos.
Unas políticas que se enmarcan también en las sanciones a Rusia por el conflicto en Ucrania, según el analista. En el fondo, según Arriola, lo que esto refleja es la dificultad que tiene EEUU por hacer que sus decisiones de aislamiento a un país se cumplan a rajatabla por parte de todos sus socios de primer y segundo nivel.
El economista político califica como "limitado" el impacto político y económico que tienen estas medidas en un momento en que empresarios de varios países de Occidente ya golpean a las puertas de Irán para hacer negocios.
En la actitud que adopata EEUU también interviene el clima preelectoral que allí se vive. Arriola expresa que a Israel no le ha gustado que esté en marcha el proceso de normalización de las relaciones entre EEUU e Irán, a quien considera un enemigo en el escenario geopolítico de Medio Oriente. Por tanto, la administración Obama tiene que hacer gestos de cara al sector hebreo del establishment norteamericano.
El experto concluye que esas nuevas sanciones a Irán no son más que gestos políticos internos, más que medidas eficaces de cara a la situación internacional.