El periódico entrevistó a varios participantes de la manifestación, que continúa desde hace casi una semana en el centro de Ereván y reúne a miles de personas, entre ellas muchos estudiantes y jóvenes activistas sociales.
"No quisiéramos crear la impresión de que aquí se desarrolle un 'maidán armenio'; no tenemos ningunas reclamaciones políticas", dice Susanna, de 26 años.
Armén, de 20 años, comenta que los participantes de la protesta no quieren negociar con el presidente Serzh Sargsyan hasta que cancele la subida de los precios.
"Si suben las tarifas de electricidad, se encarecerán también los alimentos y muchas otras cosas", explica.
Según el diario, Ereván no está experimentando sentimientos antirrusos, aunque hay quienes critican la empresa rusa Inter RAO, que controla casi totalmente la electricidad en Armenia.
Los activistas señalan que les enfada que los medios rusos intenten situar la protesta armenia en el contexto de las revoluciones de colores, concluye Kommersant.