Los ejercicios, con la participación de unidades de operaciones especiales, apuntan a potenciar los grupos militares en los archipiélagos Nueva Zembla y Tierra de Francisco José.
La actuación de Moscú es aparentemente preventiva, habida cuenta de que la OTAN y EEUU no desarrollan maniobras activas en la región.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo el lunes que el ejercicio no está relacionado con la situación internacional y es parte de la rutina, pero el vicecanciller Alexéi Meshkov expresó su "fuerte preocupación" por las maniobras de la OTAN en el noreste de Europa, insinuando a que Rusia no hace sino responder de forma adecuada.
"Por supuesto que en el Ártico existen amenazas militares para Rusia y hay que saber neutralizarlas. De aquí, ese ejercicio sorpresa en la Flota del Norte", comenta el coronel Vladímir Popov.
El experto destaca que "los líderes del país, a pesar de que la crisis económica se está agudizando, no piensan recortar los gastos de preparación combativa".
En el ejercicio que empezó el lunes en el norte de Rusia participan 38.000 efectivos, 3.360 unidades de material bélico, 41 buques, 15 submarinos y 110 aeronaves.
