El pretexto oficial de la reunión con el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, será el primer aniversario de la masacre en el Maidán, cuando decenas de personas murieron a manos de francotiradores. Pero en la realidad los europeos aprovecharán para abordar con Poroshenko las recientes decisiones del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania (SNBO). Y es muy probable que Polonia y los países del Báltico, cuyos líderes confirmaron su asistencia, comparten la determinación del poder ucraniano a prepararse a una guerra de gran escala.
Poroshenko convocó la reunión extraordinaria del Consejo tras la retirada de las tropas ucranianas de Debáltsevo. Al término de esas conversaciones, el secretario del SNBO, Alexandr Turchínov, declaró que Ucrania debe estar preparada a repeler una agresión.
Paralelamente, SNBO se dirigió a la ONU y la UE para pedir el envío de cascos azules el este del país y la frontera con Rusia. Turchínov afirmó que los últimos acontecimientos en torno a Debáltsevo hacen sospechar que no todas las partes cumplen los acuerdos de paz firmados en Minsk por el Grupo de Contacto Tripartito.
