"Durante todo el año 2014 observamos el creciente número de los clientes que sufren falta de comunicación personal: en 2013 se trataba de un 27% (6.088 personas) y en 2014, de un 31% (7.828 personas)", dijo a Izvestia la jefa de un teléfono de atención psicológica de Moscú, Inna Petrochenko.
Comentó que "hace cuatro años esta categoría de llamadas ni siquiera figuraba en nuestras estadísticas, mientras que hoy en día es la más importante".
Según el experto del Instituto de Psicoanálisis de Moscú, Ildar Bikmujamétov, la soledad no siempre tiene algo que ver con la ausencia física de otra persona sino que puede explicarse por la incapacidad de intimar y controlar la distancia con la gente emocionalmente importante.
"La soledad es un acto fisiológico intolerable que se manifiesta en una amalgama de sensaciones, recuerdos, deseos reprimidos o sin cumplir y otros fenómenos poco distinguibles propios de la vida psíquica interna", explica Bikmujamétov al advertir que "en sus formas más severas, la falta de comunicación puede provocar una depresión pues los períodos prolongados de soledad afectan el equilibrio hormonal ocasionando la insuficiencia de la hormona de la felicidad y, en cambio, la sobreproducción de las hormonas del estrés".
El jefe del centro de movilidad social del Instituto Sociológico de la Academia de Ciencias Rusa, Mijaíl Chernysh, atribuye por su parte la creciente soledad de los moscovitas a la individualización de la sociedad.
"Somos una sociedad atomizada (…) que tiene como sus valores principales el "ser exitoso y rico" y en este camino se erosionan los vínculos sociales y hasta la familia se sacrifica a la individualización", dijo a Izvestia.
Afirmó además que "es difícil pronosticar cómo la actual crisis económica repercutirá en la falta de comunicación personal". "En el pasado, los problemas económicas contribuyeron a una mayor unión de las personas pues es más difícil sobrevivir por sí solo", señaló.
