"En 2015 Eslovaquia firmó con Rusia un acuerdo muy importante sobre suministros de petróleo (…) Es un acuerdo muy interesante y beneficioso para Eslovaquia que confirma que nuestra colaboración se desarrolla de manera muy buena, y en este contexto creemos que la Federación Rusa es un socio fiable en lo que se refiere a suministro de energía para nuestro país", dijo Fico citado por el diario Pravda.
En el caso de que se construya el gasoducto y cese el suministro de gas ruso a Europa a través de Ucrania, Eslovaquia perderá unos 800 millones de euros anualmente en ingresos, explicó Fico.
El proyecto Nord Stream 2 prevé la construcción de dos tuberías de gas con capacidad para 55.000 millones de metros cúbicos anuales, que se extenderían desde la costa rusa hasta Alemania por el fondo del mar Báltico. Su trazado prácticamente es paralelo al del primer gasoducto que se inauguró en 2011.
En contra de este plan vota enérgicamente Ucrania, país que se empeña en preservar su condición de vía principal de tránsito del gas ruso a Europa.
Además, Letonia, Lituania, Estonia, Polonia, Hungría, Rumanía y Eslovaquia enviaron a finales de 2015 una carta a Bruselas, señalando que, de realizarse este proyecto, aumentaría la dependencia de Europa del gas ruso y debilitaría la seguridad energética de la UE, además de desestabilizar aún más la situación en Ucrania.