Hijo de un escritor que sirvió en el Ejército Rojo, Lieberman recibió una educación en la que se destacó su identidad judía. Hasta los tres años solo habló yidish, pero luego aprendió ruso, rumano, hebreo e inglés.
Amante de la literatura rusa y aspirante a poeta, se formó como perito hidráulico en Kishinev hasta que en 1978 su familia emigró a Israel, donde estudió Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas.
Mientras estudiaba trabajó como mozo de equipajes en el aeropuerto, portero de discoteca y gerente de un club nocturno.
En 1988, Lieberman, antiguo sindicalista, empezó a trabajar con Benjamín Netanyahu, elegido líder del Likud en 1993. Fue director general del partido y de la oficina del primer ministro, pero dimitió de su cargo después de que Netanyahu firmara un pacto con los palestinos que Lieberman veía como una concesión.
En 1999, Lieberman, casado y padre de tres hijos, fundó Yisrael Beitenu (Israel Nuestra Casa), una plataforma para inmigrantes soviéticos de línea dura.
No obstante, Lieberman, al que se atribuye un carácter agresivo e inflexible, está a favor de la existencia del Estado palestino. Su propuesta es negociar la paz con los palestinos y todo el mundo árabe a la vez.
Sus soluciones pasan por intercambiar zonas de mayoría árabe en Israel por áreas de Cisjordania donde hay asentamientos judíos. Él vive en la colonia de Nokdim, cerca de Belén.
Sus ideas fueron criticadas por el exjefe del Gobierno israelí Ariel Sharon, que lo tuvo como ministro en su gabinete y se distanció de él a raíz del plan de retirada de Gaza, al que Lieberman se oponía.
Durante la ofensiva israelí en la franja en el 2014, Lieberman urgió a los israelíes a boicotear los comercios de árabes que hubieran participado en una huelga en protesta por la guerra.
Además de ser polémico por sus posiciones respecto a los palestinos, Lieberman es controvertido porque en el 2011, la Fiscalía del Estado lo acusó de fraude, blanqueo de dinero, abuso de confianza y soborno de testigos. A finales del 2012, Lieberman, que era ministro de Exteriores, dimitió y renunció a su inmunidad. Su juicio acabó en noviembre del 2013 con absolución.
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Este no fue el primer problema que el actual ministro de Defensa tuvo con la justicia israelí. En el 2001, Lieberman reconoció al Tribunal de Distrito de Jerusalén que agredió a un niño de 12 años del asentamiento de Tekoa (Cisjordania) que había pegado a uno de sus hijos. La agresión se produjo en 1999 en la colonia de Nokdim.
El tribunal lo condenó a pagar al niño una compensación de 10.000 shekels (unos 2.605 dólares) y le impuso una multa de 7.500 shekels (unos 1.954 dólares).