Esa llamada al desarme es la parte "más hipócrita" del viaje presidencial, señala Sun Chenghao, investigador del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas.
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"Hay un obvio contraste entre sus palabras y sus hechos. Estados Unidos está planeando la fabricación de una nueva generación de armas e instalaciones nucleares, que incluyen cabezas nucleares, bombarderos, submarinos, misiles terrestres, laboratorios de armas y plantas de producción en los próximos 30 años con un coste proyectado de un billón de dólares", recuerda Sun en el diario ultranacionalista Global Times.
Sun recuerda que muchos países de la región no están satisfechos con las disculpas de Japón sobre los crímenes cometidos en el siglo pasado y que Tokio ha reescrito recientemente su Constitución y aflojado las restricciones antimilitaristas.
La visita de Obama en ese contexto "refuerza la narrativa victimista de Japón en lugar de frenar sus ambiciones militares, además de provocar dudas sobre la postura estadounidense en asuntos históricos", semana Sun.