"El jueves, se produjo una fuerte explosión en Diyarbakir, se detonaron entre 10 y 15 toneladas de explosivos, murieron 16 ciudadanos nuestros, ello habría tenido que provocar una fuerte resonancia en el mundo, sin embargo, Occidente permaneció callado", dijo en una reunión de los ministros de Medio Ambiente de los países miembros de la Organización para la Cooperación Islámica.
Según Erdogan, "cuando suceden atentados en París y Bruselas, hay reacción, y cuando pasa en Lahore, Ankara y Diyarbakir, el mundo calla".
"El problema más grande es la duplicidad y la hipocresía hacia el terrorismo, las organizaciones terroristas sacan fuerzas precisamente de ello", agregó.
El pasado 10 de mayo se produjo la explosión de un camión bomba en la provincia turca de Diyarbakir que se saldó con cuatro muertos, 12 desaparecidos —que también se dan por muertos— y 23 heridos.
El ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, declaró la víspera que Ankara considera como apoyo del terrorismo la exigencia de la UE de enmendar la legislación antiterrorista del país como una de las condiciones para cancelar el régimen de visados.
El canciller afirmó que Turquía no acepta ninguna presión al respecto.
Diyarbakir, en el sureste de Turquía, es una zona de población kurda donde las fuerzas de seguridad reanudaron en julio de 2015 las operaciones contra el PKK, proscrito en Turquía, EEUU y la UE como organización terrorista.