En una votación marcada por la tensión entre ambas facciones, destacó el hecho de que la mayoría de los diputados a favor de la moción de censura contra Rousseff, argumentaron que votaban "contra la corrupción del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT)", "por las familias" y "por Brasil".
Una paradoja si se atiende a que, según un reciente artículo del diario New York Times, el 60% de los miembros que componen la Cámara de los Diputados estan siendo investigados por delitos de corrupción entre ellos el propio Eduardo Cunha, quien dirigió la votación, y los líderes de los principales partidos de la oposición.
Durante las más de cinco horas que duró la votación, la presidenta Dilma Rousseff, y su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, asistieron decepcionados desde la biblioteca del Palacio del Planalto, sede de la Presidencia en Brasilia, como a última hora de este domingo la votación por el "impeachment" o moción de censura se decantó por el sí.
Según informó el diario brasileño Folha de Sao Paulo, Rousseff resumió el acto de las votaciones que como una "decepción" y añadió en tono amargo una reflexión sobre el presidente de la Cámara de los Diputados quien se encuentra imputado por la Operación Lava Jato: "¿Cómo alguien puede decir que quiere acabar con la corrupción mirando a Eduardo Cunha?".
Por su parte el líder del gobierno en la Cámara Baja, José Guimaraes, reconoció una "derrota momentánea pero con la cabeza alta" y argumentó que, "perdimos porque los golpistas fueron más fuertes, comandados por Cunha" para concluir que "este país se levantará contra los golpistas que no tienen ni los votos ni las condiciones para gobernar".
Como contraste, el semblante del vicepresidente Michel Temer, del Partido por el Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), se encontraba visiblemente sonriente durante la votación que el futuro presidente interino acompañó desde su residencia oficial en Brasilia del el Palacio de Jaburú, curiosamente situado a escasos metros de la sede de la Presidencia.