En los últimos días las noticias en torno al polémico presidente del Congreso de los Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, no han parado de sucederse desde que la Justicia de Suiza informase sobre las cuentas bancarias que el político mantenía de manera irregular en el país.
Este mismo martes, fecha en la que Cunha podría aceptar el principal pedido de impeachment (moción de censura) contra la presidenta Dilma Rousseff, el Tribunal Supremo Federal del país sudamericano lanzo hasta tres medidas cautelares para evitar la acción el proceso en el Congreso Nacional.
Paralelamente, los diputados de los partidos que componen el bloque de gobierno con el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) realizaron un pedido al Consejo de Ética del Congreso para solicitar la salida de Cunha como presidente del mismo alegando haber faltado al decoro parlamentario en su declaración de patrimonio como diputado federal.
Por otra parte, viendo que Cunha podría incluso llegar a un pacto con el Gobierno para atrasar su decisión sobre aceptar el pedido de impeachment, y con ello respetar la medida cautelar del STF, el senador del PSDB y excandidato presidencial, Aécio Neves, declaró que la salida de Cunha como presidente del Congreso es "un sentimiento mayoritario de la oposición debido a la gravedad de las denuncias que recaen sobre él".
En esta misma línea, Camarotti informó que la oposición podría optar ahora por una nueva estrategia reelaborando por completo el pedido de impeachment contra Rousseff utilizando no solamente la sentencia del Tribunal de Cuentas de la Unión(TCU), que desaprobó las cuentas del gobierno en 2014, sino las indicaciones de que el "maquillaje contable" también se habría dado en 2015.