“Algunos intentan buscar explicaciones en (las particularidades de) una rama particular del islam, o en el hecho de que el islam es supuestamente una religión joven, 600 años más joven que el cristianismo con solo 1400 años y hacen paralelos con las cruzadas cuando el cristianismo también tenía la misma edad”, dijo Lavrov.
Pero todo lo que ocurre actualmente “no requiere una explicación tan teórica, sino que una conversación sustancial y concreta con la participación de los líderes políticos occidentales, líderes de países islámicos tanto chiitas como sunitas y por supuesto de países como China y Rusia que tratan de manera directa con el islam dentro de sus fronteras”, dijo Lavrov.
En el caso particular de Rusia, “el islam no se trata de un producto importado, sino que los musulmanes han formado parte de nuestra sociedad toda la vida”, comentó Lavrov. “En China también hay grupos étnicos (que siempre han sido musulmanes)”, dijo.
“Es por eso que es hora de tener una conversación con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y de los principales países musulmanes”, añadió el ministro.