Previamente, el comandante de las tropas de la OTAN en Europa, el general estadounidense Philip Breedlove, afirmó que Rusia utiliza los 'conflictos congelados' como herramienta de presión política sobre los países que formaban parte de la ex Unión Soviética.
"Es evidente que las declaraciones de Breedlove se inscriben en un campaña de propaganda antirrusa de gran envergadura cuyo objetivo consiste en justificar la política agresiva de la Alianza Atlántica hacia nuestro país y argumentar la necesidad de aumentar su capacidad militar", dijo Lukashévich.
El portavoz calificó las declaraciones de Breedlove de "absurdas y alejadas de la realidad".
"Desconcierta y preocupa el hecho de que últimamente son los funcionarios militares de la Alianza los que presentan evaluaciones políticas", indicó al agregar que esa tendencia hace pensar "en quiénes son los que definen la política actual de la OTAN".
Por su parte, el embajador de Rusia ante la Alianza, Alexandr Grushkó, comentó que Rusia decidirá "si las medidas que toma la OTAN para reforzar su flanco este son 'sustanciales' en lo que concierne a la seguridad de nuestro país".
Indicó que Rusia no obtuvo respuesta a su propuestas de elaborar conjuntamente los criterios para determinar "fuerzas militares considerables".
"Sin duda alguna crear bases de sistemas antimisiles en Polonia y Rumanía supone un factor que afecta la seguridad militar y no permite cumplir con el objetivo de crear una Europa estable, pacífica e indivisible", dijo.
Grushkó subrayó que para Rusia el Acto Fundamental Rusia-OTAN "es uno de los acuerdos básicos que surgió de la compresión que la seguridad se puede reforzar solo conjuntamente".
El diplomático recalcó que el documento "fija los principios clave de nuestras relaciones con la OTAN, ante todo de la indivisibilidad de la seguridad en Europa y el Atlántico".
"Contiene importantes disposiciones de que la Alianza no garantizará su defensa colectiva a través del despliegue permanente de fuerzas militares considerables y que no se propone emplazar armas nucleares en el territorio de nuevos miembros y que Rusia y la OTAN no se consideran enemigos ni intentan perjudicar la seguridad recíprocamente", afirmó.
Previamente, la OTAN tomó varias medidas que explicó por la necesidad de garantizar la seguridad de los aliados: reforzó las patrullas aéreas de los países del Báltico, comenzó a sobrevolar los territorios de Polonia y Rumanía y envió buques adicionales a los mares Báltico y Mediterráneo.
