"Un gran fragmento le entró en la pierna derecha, nos vimos obligados a amputarla hasta la rodilla; también amputamos la mano derecha", dijo a la prensa.
Irina lleva 13 años viviendo en Siria, donde tuvo dos hijos y una hija.
El ataque se produjo mientras estaba comiendo con su familia.
El estado de la mujer es grave pero estable.
Aunque uno de sus hijos también resultó herido, su vida está fuera de peligro.