La semana pasada bajo la misma sospecha fueron arrestados siete militares en la provincia de Mugla, en el sudoeste del país.
Turquía vivió en la noche del 15 de julio la intentona golpista que se saldó con 246 muertos –sin contar a los amotinados– y casi 2.200 heridos.
Decenas de miles de militares, policías, jueces, funcionarios y profesores fueron suspendidos, detenidos o están siendo investigados en Turquía que declaró el estado de excepción por tres meses.