"Siempre es posible que aparezcan provocadores que usen las circunstancias en sus intereses hasta que normalicemos la situación en el país tras esta tentativa infame de golpe de Estado", dijo Yildirim a los periodistas.
"Debemos tener cuidado", insistió el primer ministro.
Turquía se está recuperando de un intento de golpe militar que se saldó con 232 muertos y unos 1.500 heridos, según los últimos datos oficiales.
Una vez aplastado el motín, el Gobierno turco inició purgas en el Ejército, otros organismos de seguridad y del poder judicial para descubrir a los seguidores del clérigo islamista Fethullah Gulen a quien indica como impulsor de la intentona y cuya extradición exige a EEUU. Gulen niega esas acusaciones.
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Desde el pasado viernes en Turquía fueron detenidos más de 7.500 sospechosos, en particular más de 6.000 militares, según el primer ministro Yildirim.